Este domingo tarde, tuve la suerte de disfrutar de otra obra de Ionesco, “La Lección”, en el Teatro Círculo de Valencia, pequeña (en toda la amplitud de su significado) sala independiente de Valencia.
Hace dos meses también en domingo tarde, disfruté de la obra de Ionesco “Las Sillas” en el TEM, sala consolidada y ejemplo de la buena arquitectura contemporánea de la ciudad.
Teatro del absurdo. Absurdo me sentí al salir las dos veces del teatro. Abrumado diría yo, por la complejidad del discurso de los protagonistas, por sus actuaciones. Drama y diversión, críticas al poder, a los roles preestablecidos, al conocimiento, a las relaciones. Una esposa que vive su vida a través de la de su marido, que a su vez de esposa, es a veces madre. Una alumna sobrepasada por los conocimientos de su profesor, una criada que no se impresiona por ellos, porque no tiene herramientas para valorarlos. Conversaciones absurdas, al tiempo que llenas de significado. Escenografías vacías, pero que llenan el espacio: quince sillas vacías, dos personas manteniendo dos conversaciones paralelas, de las que solo escuchas una parte. La imaginación hace el resto.
Todo esto ha sido descubrir a Ionesco y su teatro. ¿Tomáis nota? Yo sí.
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